22 de octubre de 2008

Historia de Doña Escuela

Reflexiones de un ex-alumno:
Me encontré con Doña Escuela, llevaba una maleta inmensa, porque mucho fue juntando en los casi 50 años que tiene.
Está grande, linda, los años le han caído muy bien. ¡Qué prolija! ¡Cómo siempre! Pero más moderna.
Me acerco, la invito a sentarnos en un banco de nuestra plaza y antes de que pueda decir nada le suelto un -¡HOLA! ¿Me recuerda? Soy “el preguntón”, el que enloqueció a los profesores con mis cuestionamientos, hoy vuelvo como reportero de la revista “Para saber hay que preguntar” y como me interesa mucho conocer todo lo relativo a la educación de María Teresa, me encantaría charlar un ratito con Ud.
La vuelvo loca con interrogantes y ella empieza a recordar...
Allá por el 62 el pueblo crecía y su gente también, empezaron a tener ansias de más saberes, entonces, un grupo de la comunidad decidió comprometerse y así surgía el Ciclo Básico Comercial N º 23 con tercer año, claro... eran otros tiempos y eso alcanzaba; pero el afàn de seguir construyendo conocimientos la convirtió en la Escuela de Enseñanza Media N º 244 y se la bautizó con el nombre de uno de los grandes de nuestra historia “Martín M. de Guemes”.
Los cimientos de su edificio son tan antiguos como los del pueblo, que ya cumplió 100 años, pero, poco a poco, con al colaboración de los gobernantes de turno y fundamentalmente de los cooperadores fue haciéndose más amplia y funcional...
Me cuenta de la sala de computación. Ja! A mí me cuenta que tuve “máquina” en una mesa grande donde apoyábamos las viejas Rémington.
Y ahora una sala con computadoras e Internet, gracias a la perseverancia de docentes jóvenes y emprendedores quienes no se quedaron atrás y vieron que las nuevas tecnologías, también tenían que estar en la escuela.
En estos tiempos andan queriendo armar un nuevo espacio para la Biblioteca para que los muchachitos de hoy que tanto les cuesta ponerse a leer, tengan un lugar confortable, porque libros hay... y muchos!!.
Da la impresión que quieren tener además de las aulas otros sitios destinados para las múltiples actividades que hoy se desarrollan.
Y pensar que en un salón estaba: dirección, sala de profesores, biblioteca…
¡Cómo creció y cambió Doña Escuela! Le comenté, pero ella, como si no escuchara sigue con su historia...
A través del tiempo distintos estudiantes con sus profesores fueron haciendo propuestas que traspasaron el ámbito escolar para proyectarse a la Comunidad. Es así como se forma la primera agrupación para tener un cuerpo de Bomberos; desde un análisis de las falencias sociales, llevado a cabo en Seminario se vio la necesidad de una escuela para jóvenes con capacidades diferentes y vaya anécdota:
Hoy ya es escuela propia y su Directora es una de aquellas alumnas con la inquietud de crearl ¡qué hermoso! ¿No?
También se pensó en la gente grande que no había tenido la oportunidad de estudiar se se tramitó la EEMPA que todavía comparte el edificio y también su Directora es ex-alumna.
Qué grande lo suyo y cuánta solidaridad y compromiso puesto en juego...
Y si, actualmente se comparte la energía de los jóvenes, se trata de seguirlos, se los entusiasma, se da lugar a la creatividad, a la participación en concursos, olimpíadas, teatro, coro, Centro de Estudiantes, cuando se puede se hacen viajes y campamentos.
Ah! Y su viera las energías que le ponen los pibes a la Semana del Estudiante y las Intertribus ,son una verdadera muestra de habilidades y destrezas, prácticamente se han convertidos en eventos de interés de toda la comunidad!. Eso sí, todo se logra gracias al trabajo de docentes que se sientes comprometidos con su tarea y quieren ofrecer más a sus alumnos, quieren darle esa oportunidad de “crecer” en el amplio sentido de la palabra.
Esos mismo docentes que a veces se sienten anclados en el aspecto tecnológico, donde la brecha entre los “nativos digitales”, los alumnos y los profesores,”inmigrantes digitales, cada vez se amplía más, ante la poca presencia de capacitación gratuita y en servicio.

¡Cuántas actividades han realizado año a año.
Ahora es más simple. Hay más medios. Hay fotocopias, Internet, libros…
Pero, Doña Escuela, a pesar de ello, ¿Qué les pasa a tus chicos que tanto les cuesta expresarse? No te digo que hablen en castellano antiguo, pero con “Coso”, “Boludo” y “Nada” arreglan todo. Bah!.. Es la sociedad en general la que empobrece su lenguaje, y sé que te preocupas por cambiar ello.
Y como pensando en voz alta acota...
Hoy en la vorágine en que se vive no quedamos exentos de nada, la incapacidad de los chicos para expresar con precisión el pensamiento propio en palabras y de recibir el del otro termina encerrándolos en un verdadero gueto social, que muchas veces los lleva también a la violencia y a una grave desigualdad. Pero, como es natural, no me rindo ante la adversidad y trabajo duro para revertir esta situación: a través de tutores, organizando charlas, talleres y poniendo en práctica todas las actividades donde los chicos se sienten útiles y vivencias otras formas de manifestarse y mostrar ese gran potencial que tienen dentro suyo.
Otra realidad que me cambió me describió, es... que ahora todos pasan por Doña Escuela. En mi época, sólo seguíamos algunos, era más difícil continuar, pero...
¡Cuesta tanto la diversidad! Sobre todo teniendo en cuenta que los grupos son más numerosos, que sigue la única escuela media de la localidad, que tiene una única modalidad, complementándose hoy con la obligatoriedad del secundario.
También me explicó que hay algunos aspectos que desearía modificar...
Las actividades a las apuradas, o a fin de año, donde los docentes se encuentran superados por tantas tareas. ¡Qué bueno sería tener un tiempo para la reflexión y unificación de criterios ¡Cuánto más se disfrutarían!
Ante mi pregunta sobre sigue teniendo aspiraciones en el futuro, ella dice...
Se intenta día a día ser una Escuela abierta, que trata de escuchar a las personas interesadas por opinar, participar, integrando nuevas propuestas, favoreciendo el desarrollo del Centro de Estudiantes, espacios de Microemprendimientos y pasantías laborales.
Hace ya dos años hay un Aula Taller para que los alumnos del último año y la gente de la comunidad puedan aprender carpintería, herrería y electricidad.
Tan entusiasmado estábamos en nuestra charla que no nos dimos cuenta que alguien se había acercado y nos observaba en silencio. Volví la vista y la vi, su rostro me resultaba conocido, pese al marcado paso de los años y a una visible emoción que la envolvía. La visitante rompiò el silencio y dijo:
“Permítanme que filosofe un poco . En estos años he aprendido que la educación es un proceso que no tiene tope, y eso me ha servido para no desesperar cuando los logros no son inmediatos y comprender que cada uno tiene sus tiempos, como dicen nuestros paisanos. Yo viví su nacimiento Sra. Escuela, y también te recuerdo a vos de jovencito...
¿Me sacaron? Soy Esperanza, la primera portera, y como mi nombre lo dice, siempre espero..., espero nuevos aires, cambios que mejoren la educación, que sirvan, que faciliten el ser y el hacer pata que todos los humanos se lancen a la aventura de ser más creadores y menos criaturas”
Y así quedamos los tres, enfrascados en tantos recuerdos, me di cuenta que mi misión periodística había terminado, en realidad, creo que fue solo un pretexto para volver a la escuela que marcó mi adolescencia y me abrió caminos.
Nos abrazamos y marchamos juntos, nos sentamos en la mesa de un bar y brindamos por el pasado, por el presente y por un futuro prometedor. Acordamos reencontrarnos pronto para celebrar nada más y nada menos que los jóvenes cincuenta años de nuestra querida “Doña Escuela”